martes, 7 de diciembre de 2010

Eso no me pasará a mí, eso no me puede pasar.

Sin darnos cuenta los adolescentes muchas veces caemos en lo que Elkind (1967, 1978) llamó la "fábula de invencibilidad". Es una sensación que se da en los jóvenes que hace que asuman riesgos que pueden tener consecuencias desastrosas en sus vidas. Pero no solo este tipo de pensamiento se da en la juventud si no que elegocentrismo cognitivo se da a lo largo de la vida.
Lo que quiero dar a entender con este post es que el consumo de una simple droga en una discoteca un sábado por la noche puede tener unas consecuencias graves en tu vida y en la vida de los demás.
Por ello no estaría demás ir más a los institutos a prevenir, fomentar un ocio distinto al margen del consumo, desarrollar actitudes criticas frente a valores sociales que pueden resultar negativos o perjudiciales, proporcionar información realista y veraz  acerca de los riesgos que conlleva el consumo de drogas.
Parece que la clave de todo esto está en dar información realista, aunque no se podría llevar a cabo una campaña completamente asustadiza.
La opinión que puedo aportar siendo una adolescente es que no hay campañas suficientes ni información realista suficiente y mucho menos en los institutos.

1 comentario:

  1. Yo creo que el mayor problema que tienen los jóvenes está basado en sus creencias, en su modo de pensar.
    Las campañas sobre las drogas que se hacen suelen estar basadas en las consecuencias que tiene el tomar la droga, en los riesgos que se corren al tomarla... pero no se centran en cambiar el modo de pensar del joven, que en definitiva es el motor de sus actuaciones.
    Estoy muy de acuerdo con el post en lo que se refiere a campañas en los institutos y demás...
    mostrar los riesgos o los efectos de las drogas a los jóvenes parece que no funciona demasiado, al menos una vez que han empezado a probarlas.
    La gran tarea es la educación, cambiar las creencias de los jóvenes , influir en su modo de pensar en edad temprana para no tener que llegar a mostrarles nunca sus riesgos, porque ni tan si quiera las hayan probado.

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